El caballo es uno de los animales más nobles del mundo y uno de los menos inteligentes. Está dotado de una gran memoria y gracias a esa característica podemos realizar el proceso de doma con ellos, aunque esa doma una veces llega a buen lugar, gracias a un buen jinete y otras veces esa doma se basa en numerosos resabios de caballos ocasionado por un jinete que se cree saberlo todo y no se da cuenta que no esta consiguiendo nada bueno con el caballo.
Comparto la opinión de muchas personas, que la única manera de evitar peleas y con el caballo y que este se defienda, resabiándose, es mediante una buena doma.
Antes de empezar a domar a un caballo hay que hacer una pequeña análisis del equino: ver su temperamento, su conformación, embocadura y en base a ello actuar, ya que gracias a dios ninguno son iguales, y personalmente eso es lo bonito de este animal.
Una vez hallamos hecho este análisis empezaremos con la doma. Al principio da igual para que disciplina ecuestre queramos el caballo, simplemente es la hora de asentarle a nuestro caballo una buena base y luego lo encaminaremos hacia la doma que queramos, ya sea doma clásica, doma vaquera, paseo, salto y muchas otras.
Cierto es que siempre hay que partir desde el conocimiento de los conceptos de la doma, ya que un caballo puede ser mejor o peor porque tenga más o menos capacidades para el ejercicio pero lo que hace que el caballo no se dome es la actuación del jinete y no del caballo.
Para la doma hay que sentir al caballo.
miércoles, 28 de enero de 2015
El Caballo
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